lunes, 16 de abril de 2012

Enrique Arosemena y su corrupción en Ecuador TV

El 8 de julio del 2008, el país amaneció con la noticia de que se habían intervenido cientos de empresas de los Isaías. Entre las más visibles estaban cinco canales de televisión: TC Televisión, Gama TV, CN3, CD7 y Americavisión; tres estaciones de radio: SuperK 800, Universal y Carrousel;  además de varias revistas.
Durante una reunión que mantuvo Linda Jewell, ex embajadora de los Estados Unidos, en Quito, con el presidente, Rafael Correa, este se comprometió a vender los canales de televisión incautados.? Jewell instó al Gobierno del Ecuador para que los canales de televisión que se habían incautado a Roberto y William Isaías, vuelvan al sector privado.  Correa había dicho que uno de los canales incautados podría darse a los depositantes para que recuperen los dineros durante la crisis financiera, hecho que hasta la fecha no ha ocurrido.
Desde la incautación a estos medios lo único que han logrado es cambiar  la línea editorial de los informativos, considerados en ese entonces como de oposición, esto demuestra que el embargo no fue exclusivamente para cobrar una deuda al poderoso grupo financiero Isaías, sino para asumir el control de los más populares medios de comunicación existentes en el Ecuador.
Recordemos que en su momento El coordinador encargado de los medios  incautados Enrique Arosemena, expresó "no estar de acuerdo con la línea editorial de esos medios". Los directores periodísticos de los canales fueron despedidos y en su lugar fue nombrado José Toledo, comunicador muy cercano al Gobierno.  Hoy Queda en evidencia que tras el retórico discurso de recuperar los dineros del pueblo ecuatoriano está el interés de controlar los medios en el Ecuador
Si es verdad que no quieren controlar la información, ¿cómo se entiende la censura a la que fueron expuestos estos canales?. El 25 de noviembre de 2008 fue cancelado el programa humorístico y de sátira Buenos Muchachos.
Esto nos demuestra que el embargo fue un mero acto administrativo para el manejo editorial oficial a favor del régimen con una visión informativa diferente, y que no ha sido independiente para nada de la visión gubernamental.